Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. 26ª Feria de San Isidro. 21ª Corrida de toros. Lleno de «no hay localidades». Cornúpetas del Puerto de San Lorenzo y uno (3º) de La Ventana del Puerto, con buena condición, salvo el 2º pero limitados de raza y de fuerza. Mejores los tres últimos.
José María Manzanares (Sangre de toro y oro): Saludos y Saludos tras aviso.
Alejandro Marcos, que confirmaba alternativa (Rosa y plata): Silencio tras dos avisos y Silencio tras aviso.
Tomás Rufo (Sangre de toro y oro): Silencio y 1 oreja con fuerte petición de la segunda.
Incidencias: Por momentos, ha sido una tarde accidentada, ya que Tomás Rufo ha resultado cogido de forma dramática con el capote en el turno de quites del segundo de la tarde, saliendo prácticamente ileso, de milagro; y en el sexto ha sufrido el derribo de su montura el picador Manolo Sayago, viviéndose también instantes de peligro, puesto que el piquero quedó debajo del caballo. Por suerte, salió del trance andando, si bien posteriormente ha marchado a la enfermería para ser revisado por los facultativos.
Que duda cabe que el nombre de Tomás Rufo es, hasta ahora, uno de los principales de esta temporada. Y lo es gracias a tardes como la de hoy en Las Ventas, en la que desde el quite instrumentado al segundo de la suelta, del que salió con la pechera abierta por el afilado pitón del burel, hasta el estoconazo con el que ha culminado su actuación frente al sexto, no se ha dejado ganar la pelea en ningún momento, haciendo las cosas además con mucha pureza y entrega.
El primero del lote del torero toledano ha sido el que menos opciones de lucimiento ha ofrecido del sexteto que ha pisado hoy el ruedo venteño, ya que estaba muy limitado de fuerza, perdiendo las manos con demasiada frecuencia durante la faena de muleta de Tomás Rufo, que lo ha pulseado muy bien para aguantar al toro en pie y para que persiguiera la tela roja, pero de esta forma es muy complicado llegar al público. Lo peor en este toro de Tomás Rufo, el feo bajonazo con el que finiquitó al de La Ventana del Puerto. Silencio.
El sexto ha mostrado bravura en varas, empleándose con buena clase. Animal éste con temple y ritmo en su embestida, más por el pitón derecho y con más entrega que otros de sus hermanos de camada jugados esta tarde. El temple y la cabeza despejada para esperar a que el cornúpeta metiera la cara en el engaño han sido, seguramente, las dos cualidades más importantes de la faena de Tomás Rufo, que ha conducido muy despacio a «Lirón», reuniéndose mucho con él, asentado en los riñones y abrochando cada una de las series con monumentales pases de pecho. Por el izquierdo, se ha quedado más corto, aunque Tomás Rufo le ha ido alargando los muletazos poco a poco hasta conseguir que el toro se fuera un tranco más. Espadazo en el hoyo de las agujas. Una oreja con fuerte petición de la segunda.
Aunque José María Manzanares no haya paseado hoy ningún trofeo en Las Ventas por el fallo con la espada, ha tenido una destacada actuación. Su primero, como queda dicho, ha sido, con diferencia, el burel más complicado de la corrida. El del Puerto de San Lorenzo venía muy vencido hacia el cuerpo del torero por ambos pitones, soltando mucho la cara y protestando ante la franela que le presentaba el torero alicantino. Decidido y dispuesto José María Manzanares, que le ha aguantado con firmeza todos los problemas que tenía el astado. Estocada en todo lo alto. Saludos.
La faena de José María Manzanares al cuarto de la función ha contado con bastantes momentos brillantes y lucidos, en los que a media altura, porque el ejemplar de Puerto de San Lorenzo no humillaba, ha corrido la mano con temple y torería, dejando sobre la arena algunos pases de pecho y cambios de mano, marca de la casa. Los dos pinchazos previos a la estocada en buen sitio cobrada al tercer viaje, han dejado su balance en saludos tras aviso.
Alejandro Marcos, que hoy ha confirmado su alternativa en Las Ventas, ha dejado su sello de torero de clase, que quiere hacer las cosas despacio y con pureza, con el borrón del mal manejo de los aceros en ambos toros. Con el burel de la confirmación ha podido expresarse con gusto frente a un toro que tenía cierto ritmo en su embestida pero poca raza y entrega, de hecho al exigirle más el diestro salmantino, se ha rajado. Después de varios intentos tanto con la espada como con el descabello, Alejandro Marcos ha escuchado silencio tras dos avisos.
En el quinto ha ocurrido algo parecido, muletazos sueltos buenos de Alejandro Marcos, en los que, nuevamente, ha dejado entrever el clásico concepto del toreo que atesora, pero el desacierto con los aceros ha emborrado en parte su actuación. Silencio tras aviso.
Capítulo aparte merece el par colocado al sexto de la corrida por Fernando Sánchez, dándole todas las ventajas al toro y dejándoselo llegar hasta los mismos muslos. La plaza entera de Madrid, en pie. Como es lógico, Fernando Sánchez se ha desmonterado al acabar el tercio. Subrayar también las lidias de Daniel Duarte, en el 4º, y de Bonifacio Martín Blanco, en el 5º, así como la labor que ha hecho como director de lidia José María Manzanares, por un lado, y el citado, Daniel Duarte, por otro, en el derribo al picador Manuel Sayago en el sexto, librándolo de sufrir posiblemente un percance más grave.
Fotos: Alfredo Arévalo – Plaza 1