Hoy, 5 de febrero, la Monumental de México cumple 75 años desde su inauguración, que tuvo lugar en 1946. Aquel primer paseíllo en el Coso de Insurgentes reunió a una terna de espadas integrada por Luis Castro «El Soldado», que lucía un traje marfil y plata, Manuel Rodríguez «Manolete», de tabaco y oro, y Luis Procuna, que iba enfundado en un chispeante azul celeste y oro. En los corrales, había dispuesto un encierro de la divisa de San Mateo, propiedad del ganadero Antonio Llaguno. Los animales atendían por los siguientes nombres: «Jardinero», «Fresnillo», «Gavioto», «Gallito», «Monterillo» y «Limonero».
La expectación era máxima entre la afición mexicana, incluso la autoridad se vio obligada a retrasar el inicio de la corrida debido a las ingentes cantidades de personas que se dirigían en masa al flamante recinto taurino.
Manolete era en ese momento el principal ídolo del público azteca, que había presenciado con admiración y entusiasmo su confirmación de alternativa apenas dos meses antes en la plaza de El Toreo de la Condesa. En dicho festejo, Manolete le cortó el rabo a su primer oponente, de nombre «Gitano», con el hierro de Torrecilla, resultando herido de gravedad al lancear de recibo al quinto de la función, «Cachorro». Regresando a la Plaza México, los espectadores que asistieron a la corrida inaugural salieron satisfechos de lo que allí ocurrió. Tanto Manolete como Luis Procuna pasearon sendos apéndices, perdiendo alguno más el diestro cordobés al fallar con el acero en el quinto de la suelta, sustituto del astado titular que había sido devuelto ante las protestas del respetable por su conformación demasiado abierta de pitones. El Soldado tuvo una tarde de altibajos, con algunos destellos artísticos.
Desde aquel primer festejo hasta ahora, por la Monumental de México han pasado todas las grandes figuras del toreo de ambos lados del Atlántico, engrandeciendo con sus triunfos y, muchas veces también con su sangre, la historia del coso más grande del mundo.
Imagen: Tendido Cero – TVE