Plaza de toros de Vistalegre (Madrid). Tercer festejo de San Isidro.
Se lidiaron seis toros de Alcurrucén, bien presentados. Primero encastado e interesante. Segundo y tercero encastados aunque sin armonía en sus movimientos. El cuarto tuvo un buen pitón izquierdo. El quinto con movilidad pero con genio y el sexto, sin maldad, pero manso.
El Juli: ovación con saludos en ambos.
Manzanares: ovación con saludos y ovación con saludos.
Paco Ureña: ovación con saludos y palmas.
Faena de auténtico poder la de El Juli al primer toro de Alcurrucén, un ejemplar que embistió con ímpetu, más encastado que enclasado. Julián destacó en una magnífica media veronica de remate a un quite por chicuelinas, mientras que con la muleta manejó la tela roja con seguridad y poder, sin ceder terreno al toro colorado de los hermanos Lozano, en muletazos largos y ceñidos, sobresaliendo la faceta poderosa. Dejó una estocada entera desprendida después de pinchar.
El Juli fue un portento en el cuarto. Simple y llanamente. El de Alcurrucén metió la cara con longitud por el pitón izquierdo en los dos primeros tercios, pero no tanto por el derecho. De nuevo hubo movimiento en el ejemplar toledano, pero no acompasados, sino impetuosos. Julián tocó con contundencia cuando fue menester, y con suavidad cuando fue necesario, en un trasteo de enorme firmeza y seguridad, con muchos registros técnicos en los que lo más lucido llegó en algunos naturales a media altura magistrales. Lamentablemente volvió a pinchar, perdiendo trofeo o trofeos.
El segundo se movió, aunque sin entrega ni terminar de desplazarse hasta el final. Manzanares lo pasó de muleta con firmeza, de manera poco lucida pero meritoria por la falta de entrega del de Alcurrucén, que se acostaba y acortaba el viaje de manera progresiva; tanto que en el tramo final del trasteo volteó al alicantino, afortunadamente sin consecuencias. Lo pasaportó con uno de sus clásicos estoconazos. Se le pidió una oreja no concedida.
El quinto ha tenido movilidad pero ha sido un ejemplar exigente, sacando complicaciones por el lado izquierdo, por donde se metía por dentro. Nunca se rebozaba en el viaje ni se le veía con entrega. Muy dispuesto José María Manzanares, con raza, pundonor y amor propio de figura. Firme y seguro el torero de Alicante. Dos pinchazos y estocada. Saludos.
El tercero también embistió, pero sin continuidad ni temple, por lo que Ureña no logró brillar con estética, aunque su faena sí tuvo el mérito de aguantar las ásperas arrancadas de su oponente. Mató al segundo intento.
Con el sexto no ha tenido ninguna opción de lucimiento del diestro murciano, ya que el astado de Alcurrucén se ha rajado en los primeros compases del trasteo con la pañosa. Con paciencia y buen oficio, consigue Ureña extraerle algunos muletazos de mérito, dejándole el engaño en la cara para que el animal no se marchara. Media estocada. Palmas.
Entre los subalternos destacar a Pedro Morales «Chocolate», Pedro Iturralde, Salvador Núñez, Paco María y Óscar Bernal, a caballo, y con los garapullos a Daniel Duarte, que se desmontera en el segundo de la suelta.
Julio César Sánchez
Foto: Prensa José María Manzanares