Plaza de toros de Villaseca de la Sagra (Toledo). XX Certamen del «Alfarero de Oro». Primera novillada. Tres cuartos de entrada. Astados de La Quinta, serios y con cuajo. Con bravura y motor en mayor o menor grado, el mejor el tercero.
Rafael González (Gris plomo y plata): Silencio y Silencio.
Ignacio Olmos (Corinto y oro): Silencio y 1 oreja.
Diego San Román (Azul turquesa y oro): 1 oreja tras aviso y 1 oreja.
Magnífica impresión la que ha causado esta tarde en la primera novillada del Alfarero de Oro, Diego San Román que, a base de valor y una verdad desgarradora ha abierto la puerta grande del coso de «La Sagra».
Su primero no se ha dejado torear de salida con el capote, así como tampoco ha humillado en el peto. El inicio de faena sometedor del novillero mexicano ha resultado clave para que el de La Quinta comenzara a entregarse. Labor, es verdad, con algunos enganchones y desarmes pero de una verdad, pureza e intensidad que ha conectado rápido con los tendidos. Muy encajado y por abajo ha toreado Diego San Román, que por momentos ha podido gustarse, sobre todo en los remates. Estocada algo desprendida y descabello. Una oreja tras aviso.
Excelente juego de brazos el de Diego San Román en el recibo con el percal al sexto de la suelta. Dos sensacionales puyazos le ha recetado al novillo Tito Sandoval, que es ovacionado. De igual forma que lo ha sido Juan José Trujillo con los palos, que ha arriesgado clavando en la cara. Si en su primer turno ya había enseñado el joven novillero un valor seco y sereno, más aún lo ha mostrado en éste. Aguanta miradas y parones de su antagonista, pasándose muy cerca una y otra vez al de La Quinta. Estocada arriba. Una oreja.
Otro apéndice ha paseado Ignacio Olmos del quinto de la tarde, al que ha recibido de forma muy templada con el capote. Después de derribar al picador y de un cierto desorden en la lidia, Rafael González cuaja un importante tercio de banderillas, saludando la ovación del respetable. Al igual que con el percal, el temple ha sido fundamental en la faena de muleta, dejándole el trasto en la cara para enganchar otra vez la embestida y evitar que se aburriera. Estocada caída. Una oreja.
También ha tenido una destacada actuación Ignacio Olmos frente al segundo. Un animal con clase, sobre todo por el pitón derecho, pero que ha ido desarrollando peligro en el transcurso de la lidia. Series de muletazos largos, templados y por abajo ha hilvanado el novillero toledano, que posteriormente se ha atascado con los aceros. Silencio.
Humillación y fijeza ha tenido el primero de la función, con mejor condición por el lado derecho. Por ahí le instrumenta varias series de buen trazo Rafael González, cada una de ellas compuesta por seis o siete más el de pecho. Al salir algo desentendido, precisaba dejarle la pañosa puesta y eso es lo que hizo el novillero, para provocar la ligazón. Pinchazo y estocada trasera y desprendida. Silencio.
El cuarto ha sido el novillo que menos opciones de triunfo ha tenido del lote enviado por los ganaderos de La Quinta. Pese a ello, se luce Rafael González de salida con el percal. Resaltar también, en este punto, los dos magníficos puyazos de Héctor Vicente, así como la buena labor lidiadora de José Luis Triviño. Llega al tercio final con menos raza y más sosería que el resto de los que han saltado hoy al ruedo de «La Sagra». Muy firme Rafael González, que con buena técnica le busca entre muletazo y muletazo para extraerle lo que llevaba dentro. Necesita de tres entradas a matar. Silencio.
Diego San Román ha abandonado la plaza de toros de Villaseca de la Sagra a hombros por la puerta grande, mientras que el mayoral de La Quinta ha sido obligado a saludar y a dar la vuelta al ruedo.
Imagen: CMMedia