Plaza de toros de Navas de San Juan (Jaén). Feria del emigrante. Novillada con picadores. Media entrada. Astados de El Añadío, de excelente presentación. Exigentes y desarrollando sentido conforme avanzaba la lidia. Los mejores tercero y cuarto.
Carlos Aranda, que sustituía a Borja Collado (Blanco y azabache): Saludos tras aviso y Saludos tras aviso.
Javier Orozco (Corinto y oro): Vuelta al ruedo tras petición y Saludos.
Maxime Solera (Grana y plata): 1 oreja y Vuelta al ruedo tras aviso.
El encierro de El Añadío jugado esta tarde en el coso jienense de Navas de San Juan ha puesto a prueba a los toreros. Exigentes y sin regalar nada, sacando complicaciones en el tercio final, aumentandas en algunos casos por los excesivos capotazos y las pasadas en falso de los banderilleros, que contribuyen, sin duda, a que los animales aprendan.
La única oreja del festejo la ha paseado Maxime Solera en el tercero de la suelta. De salida ya intenta quedarse con la embestida de su oponente el novillero francés, que ha evidenciado frente a él poseer recursos para saber extraerle lo que tenía a base de consentirlo y llevándolo a su altura, puesto que nunca ha humillado. Pinchazo y estocada desprendida. Una oreja.
Buen oficio ha demostrado también Maxime Solera en el sexto, ejemplar que había puesto en serios apuros a los subalternos a la hora de colocar banderillas ya que ha esperado una barbaridad. Sin adelantar en demasía la muleta para así aprovechar el corto recorrido que tenía el novillo, Maxime Solera cuaja una labor esforzada y muy meritoria. Le echa la acara arriba a la hora de ejecutar la suerte suprema, necesitando por ello de varios viajes. Vuelta al ruedo tras aviso.
El primero de la función ha tenido buen condición si bien le ha faltado transmisión. Carlos Aranda le va cogiendo el aire poco a poco, logrando los pasajes más destacados de su labor con la muleta en el tramo final de la misma, sobre todo una serie sobre la diestra más enfibrado. Estocada casi entera atravesada y dos descabellos. Saludos tras aviso.
El cuarto, aunque con teclas, también se ha dejado torear. Fijeza y humillación en la embestida han sido algunas de sus virtudes. Carlos Aranda le hilvana una faena con altibajos, alcanzado los momentos álgidos de ésta con la mano izquierda, fundamentalmente cuando le coge el sitio y la distancia apropiados. El fallo con la espada deja su balance en saludos tras aviso.
El primero del lote de Javier Orozco le ha dejado poco resquicio al triunfo. Sin entrega alguna en las telas, con querencia hacia los adentros y dando arreones para huir de la pelea. El novillero malagueño está dispuesto y siempre queriendo, intentando ganarle la acción. Estocada entera y descabello. Vuelta al ruedo.
El quinto, que había empujado en el peto aunque sin humillar, tampoco le posibilita a Javier Orozco más que estar voluntarioso, nuevamente, y matarlo de forma eficaz de una estocada algo tendida. Saludos.