Plaza de toros de Sacedón (Guadalajara). Corrida de toros mixta. Dos tercios de entrada. Toros y novillos de la divisa de Polo Sáiz, siendo la primera ocasión que dicha vacada lidiaba cuatreños. Han destacado el 3º ejemplar de lidia ordinaria (novillo), de nombre «Hebillero», marcado con el nº 104, premiado con la vuelta al ruedo y el 5º animal (toro), bravo y exigente. Todo el encierro ha tenido una excelente presentación.
Sánchez Vara (Blanco y oro): 1 oreja y 1 oreja.
Javier Castaño (Azul turquesa y oro): Silencio y 2 orejas.
El novillero Víctor Hernández (Rosa palo y oro): 2 orejas y 2 orejas.
Se ha guardado un minuto de silencio al terminar el paseíllo, sonando seguidamente el Himno de España.
Sánchez Vara ha estado durante toda la tarde muy templado, haciendo las cosas con mucha suavidad, frente a dos toros nobles, con calidad y clase pero faltos de fuerza y de fondo.
Por su parte, Javier Castaño ha tenido dos actuaciones de gran altura, sobre todo la del 5º de la suelta. Un toro serio, de presentación y de comportamiento, bravo y exigente. Poder, mando, temple y pulso a la hora de conducir las embestidas, han sido algunas de las virtudes de la faena del diestro nacido en tierras leonesas. Culmina su actuación entrando a matar en la suerte de recibir en los mismos medios de la plaza, dejando una estocada algo desprendida.
Víctor Hernández ha vuelto a mostrar una tarde más el magnífico concepto del toreo que atesora, además de un enorme valor, determinación y cabeza, tres cualidades básicas para llegar lejos en la profesión. Templado, con mucha seguridad y aplomo en todo lo que ha hecho. Remata cada una de sus faenas de pinchazo y gran estocada frente al tercero y de espadazo tendido y trasero, realizando la suerte suprema sin muleta, y descabello, en el sexto.
Subrayar la labor con las banderillas en el quinto de João Ferreira.
Sánchez Vara, Javier Castaño y Víctor Hernández han salido por la puerta grande a la conclusión del festejo.
Imagen: CMMedia